Desde 2007 que la economía argentina cubrió su capacidad industrial ociosa. Desde 2008 que el capitalismo mundial se encuentra empantanado en la mayor crisis financiera de los últimos 80 años. Como toda economía periférica y dependiente, los problemas empiezan a brotar en la Argentina. El primer fenómeno visible es la inflación. Pero sus causas y las recetas para contenerla no se encuentran en fórmulas matemáticas, sino en la política. En el acento en la oferta o en la demanda. Marcos Giménez en la nota de este mes pretende hacer un diagnóstico sobre la situación (y su reflejo mediático), posicionándose detrás de las repuestas que beneficien a la clase trabajadora. (Alejo Reclusa -responsable de sección).

Introducción

Uno de los temas con mayor relevancia mediática y si se quiere hasta social, es el tema de la inflación, de la que mucho se habla y poco se explica.

En términos de economía clásica (capitalista), la inflación es: «… una reacción normal del mercado, frente a un exceso de demanda». Ahora bien si desglosamos un poco lo antedicho, aparecen algunos puntos a tener en cuenta. Primero: ¿Qué es el exceso de demanda? Segundo: ¿Cómo se responde frente a este aumento?

El exceso de demanda en términos teóricos, se da cuando frente a la misma cantidad (limitada ya porque la producción está en pleno) de productos y servicios en el «mercado», existe un aumento de sujetos capaz de demandarlos. Esto provoca que los sujetos pugnen entre sí para poder hacerse de esos bienes, y que tiendan a ofrecer más dinero para hacerse del mismo bien. Los oferentes por su parte, ante este aumento de la demanda, pueden o bien aumentar los precios, o bien aumentar la producción. La inflación se da cuando ocurre lo primero. El mercado se ‘’autorregula’’ aumentado el precio del bien ofrecido, lo que limita la demanda.

Ahora bien, en la práctica esto es bastante más complejo. Las explicaciones teóricas que hablan de mercados sin controles que tienden al equilibrio tienen poca validez real, y los aumentos de precios se dan por otros factores que se vinculan más a disputas de poder que a leyes económicas.(1)

Esto está más cercano a lo que algunos economistas definen como «Mark – up» o mecanismo de formación de precios. Donde grupos económicos tienden a elevar los precios como una forma de hacerse de un porcentaje más alto de la renta nacional.

Ahora bien este fenómeno no es nuevo, de hecho la inflación estuvo ligada a nuestra historia desde que somos república. Rodolfo Ortega Peña y Eduardo L. Duhalde en su libro «Facundo y la montonera», comentan que ésta se introdujo con «los principios rivadianos» (los cuales no eran más que la vinculación de éste con el imperialismo británico y luego con el francés) y que le permitía a los empresarios vinculados al negocio de la minería obtener más riquezas locales con menor cantidad de divisas extranjeras.

El reflejo mediático

Esta disputa de parte de grupos económicos por imponer su agenda económica tiene un correlato directo en los medios de comunicación, que aunque si bien no determinan el alza de precios en forma directa, si hacen a la formación de precios ocultando o desdibujando las causas reales de la inflación.

Tomemos como ejemplo cuatro de los diarios más conocidos del país, y veamos que tratamiento hacen ellos de la información sobre la inflación entre los días 25 de mayo y 5 junio.

Ejemplo 1: Diario Clarín.

Este diario refiere artículos sobre la inflación en tres de las últimas diez ediciones (31/5; 3/6; 5/6). O sea poco menos de una mención cada tres días.  A su vez, este mismo diario habla sobre el dólar paralelo o «blue», todos los días. También es interesante que en aquellos artículos que habla sobre la inflación lo haga solo en correlación con éste y con los aumentos salariales.

Ejemplo 2: Diario La Nación

La mal llamada «tribuna de doctrina» es como siempre más viva de lo que lo es su primo. Este diario menciona en cinco ocasiones en los últimos diez días (25/5; 26/5; 28/5; 3/6; 5/6) el aumento de la inflación, la relación que esto tiene con el dólar paralelo, e introduce tres nuevos factores: aumento de costos (léase mayormente salarios), caída de los márgenes de rentabilidad, y situación fiscal (léase déficit).

Ejemplo 3: Diario El Cronista

Por ser un diario orientado al mundo financiero es entendible que el tratamiento que le da al tema sea mayor. Así este diario habla o menciona el tema de la inflación al menos en ocho ocasiones en los últimos diez días (todos los días excepto; 2/6 y 3/6). Si bien también lo relaciona con el tema del dólar paralelo, menciona un nuevo factor a tener en cuenta: la recaudación fiscal en lo que va del año (no solo el déficit).

Ejemplo 4: Diario Página 12

Desde ópticas cercanas al gobierno nacional, este diario también se hace eco de la pelea contra la inflación en cuatro oportunidades de los últimos diez días (27/5; 2/6; 3/6; 5/6). Pero más que nada en tres de los últimos cuatro días. Y lanza una crítica directa a los economistas ortodoxos que ligan la inflación al dólar paralelo. La mirada del diario se orienta a criticar la posición dominante que tienen ciertas empresas en el mercado, y que les permite fijar precios de forma arbitraria (idea cercana al  «Mark-up»). Y a su vez introduce un nuevo factor a tener en cuenta, la fuga de capitales.

Así si hacemos una pequeña sistematización de lo expuesto podemos ver que desde estos medios se plantean como causas de la inflación:

  • Dólar paralelo alto
  • Aumento de costos de producción
  • Déficit fiscal
  • Fuga de capitales
  • Caída de los márgenes de rentabilidad

Ahora bien, si rascamos un poco más la superficie de la «noticia» vemos que cuatro de los cinco factores que acusan como causantes, se relacionan con los beneficios que obtienen los grupos medios-grandes y grandes de la economía que piden un dólar sin restricciones, o sea una devaluación que les permita licuar deudas y, como a los amigos del ex presidente Rivadavia, en concreto, poder pagar menos por más. Un aumento de las ganancias mediante una baja o congelamiento de salarios. Una reducción en la demanda interna que favorezca la exportación.

Sólo en una ocasión se habla de «otras causas»: concretamente la fuga de capitales. Pero a esto hay que sumarle una causa más. El nivel de extranjerización de la economía argentina que se inició en los noventa, permitió que sólo en el año 2010 se fueran del país 7182 millones de dólares en concepto de remisión de utilidades. O sea plata que empresas extranjeras ganan acá, y giran a sus casas matrices, que en buena parte se encuentran en Europa, atrapadas en la crisis.

Hay que tener en cuenta que al año 2011 sólo un tercio de las 500 empresas que más ganaban eran argentinas (INDEC). Y aunque si bien el gobierno en lo que va del año trato de realizar acuerdos con sectores para que no remitieran utilidades (como por ejemplo el sector automotor) esto se muestra en el mediano plazo insuficiente.

Esto que nos deja:

  • Una economía en la que el gobierno se enfrenta contra grupos de poder concentrados (mayoritariamente extranjeros) que están más interesados en la extracción de capitales que en una mayor inversión. Lo cual influye de manera directa en la oferta de bienes y servicios.
  • Sectores económicos locales y extranjeros que pugnan por una mayor flexibilidad en las divisas para favorecer la especulación, forzar corridas del dólar, y actuar en forma desestabilizante.

Conclusión. (O atisbo de…)

La inflación no es un invento de los medios de comunicación. Existe. Y se origina por causas bien conocidas para todos (aun para aquellos que se benefician de ella).

Se calcula que en el año va a ser de entre 25 y un 30% (IPC-7 provincias). Mientras que el alza de los salarios (varía por gremio) se ubica en general en un 24 %. Por ende los sectores trabajadores van a ser los que más pierdan en esta disputa.

Una forma de atacar a estos sectores es con una mayor intervención en forma directa sobre la producción de bienes y servicios, aumentando y diversificando la oferta de estos.  A su vez dándole mayor lugar al sector obrero en los directorios de las empresas se puede poner a estos como controladores en la formación de precios.

A esto se le agrega la necesaria reforma fiscal. Pero no para que se reduzcan impuestos sobre sectores concentrados (lo cual en teoría “favorecería” la inversión), como pregonan los medios de la derecha, sino para aumentar la presión fiscal sobre los sectores que más tienen, y disminuir impuestos regresivos sobre los que menos, como el I.V.A.

Esto no es inmediato, ni depende de sólo buenas intenciones. La disputa contra estos sectores de poder se ve a diario, cuando traban la implementación de impuestos a la renta agraria diferencial, desabastecen y modifican los precios provocando inflación, o desviando las causas de ésta en los medios, responsabilizando a los sectores más desfavorecidos.

Por eso es que no sólo podemos hablar de inflación, sino también de «inflamación». De respuesta del cuerpo social a los golpes de mercado (léase corridas, aumentos de precios, etc.) que estos sectores provocan en su disputa por hacerse de más y más ganancias. A los golpes se los puede curar, pero más que nada se los debe prevenir, porque a la larga no sólo es más barato sino más saludable. El costo no es poco, es profundizar en la disputa contra sectores que no quieren ceder en sus beneficios, es al fin y al cabo la pelea por la redistribución de la renta que producimos todos los argentinos.

 Marcos Giménez – Columnista invitado

(1) Uno de los desafíos de la teoría económica es explicar cómo puede co-existir la inflación con desocupación.